Dinamarca decidió deshacerse rápidamente de visones para luchar contra la pandemia del coronavirus, debido a una mutación del virus transmisible a los humanos, pero incluso después de muertos y enterrados, resurgieron de su tumba debido a los efectos de los gases de descomposición, y es que son millones de visones los cuales fueron enterrados.
Los cadáveres de los visones, que salieron a la superficie bajo la presión acumulada de los gases de descomposición, están recubiertos solo por una fina capa de cal y de una tierra muy arenosa, que habría facilitado el fenómeno según la policía local.
A principios de noviembre, Dinamarca anunció que iba a sacrificar a más de 15 millones de visones, debido a una mutación problemática del coronavirus transmitida por estos animales, que podía, según estudios preliminares, amenazar la eficacia de la futura vacuna para los humanos.