Hablemos del temible "ghosting".
Imagínate esta divertida situación: te gustó tanto una persona que estás dispuesto a hacer malabares con cucharas en la nariz solo para impresionarla. Envías tu mensaje más ingenioso y divertido, esperando una respuesta instantánea. Pero en lugar de ello, esperas... y esperas... y sigues esperando hasta que tus dedos están tan arrugados como las uvas pasas.
En ese preciso momento, te conviertes en el protagonista de tu propio episodio de "Sobreviviente del Ghosting". Empiezas a buscar señales de vida en los mensajes no leídos, te conviertes en un detective privado de las redes sociales y te encuentras en el sótano oscuro de su lista de contactos. ¿Dónde están? ¿Se perdieron en el País de Nunca Jamás o escondidos en un agujero negro? ¡Nadie lo sabe!
Resulta que el ghosting no solo es una experiencia frustrante, sino que también es un verdadero entrenamiento para la paciencia. Con cada "visto" ignorado o con cada "última conexión hace 2 horas" sin mensaje, nuestros corazones se encogen como una camiseta de lana en la secadora.
Al final del día, el ghosting no es más que una habilidad desconcertante que poseen unos pocos elegidos. Entonces, si alguien te dejó en el "modo fantasma", solo recuerda que eres demasiado espectacular para ser ignorado. Tenemos un catálogo infinito de personas geniales esperando conocerte, ¡y ninguna de ellas sabe cómo hacer desaparecer una conversación!
Así que, continúa teniendo fe en la humanidad y en tus habilidades para relacionarte. Después de todo, el verdadero amor no necesita un botón "leído" para florecer. Así que deja de preocuparte por los fantasmas y sal ahí fuera a ser la versión más fabulosa de ti mismo.
¡Hasta pronto, exiliados del ghosting!